Una vez un proyecto llega a la realidad de la obra, son muchas las variables y los puntos que hay que tener en cuenta para que estos se lleven a cabo en tiempo, forma y bajo presupuesto.
El papel lo aguanta todo como se suele decir, pero la realidad es otra y aquí la experiencia es un valor imprescindible si queremos que todo salga bien. Una buena dirección de obra otorga seguridad, tranquilidad y un ahorro considerable, además de fidelidad respecto de los diseñado.
Y esto hay que hacerlo desde el inicio, coordinando y asegurando la realidad de las instalaciones y muy importante, adaptándose y reaccionando a tiempo ante posibles problemas y cambios.